lunes, 28 de julio de 2014

Ever Ready empezó a saborear otro título

Nada ni nadie parece detener el sueño de Ever Ready. Ayer puso el pecho y le ganó en Castelli a Independiente, dando un paso fundamental para cimentar más que nunca su anhelo de llegar a conquistar su cuarta corona consecutiva, y así consumar un hecho histórico e inédito en el fútbol local, que jamás vio a un equipo consagrarse con el tetracampeonato, que alcanzará con solo empatar o perder por menos de dos goles de diferencia.
Con su forma, su lucha y su tremenda efectividad sacó adelante un partido duro, estudiado y parejo desde lo táctico. Pero Ever Ready tuvo a su favor la tarea de una defensa sólida, un mediocampo batallador donde brillaron Márquez y Milano, y la eficacia de sus temibles delanteros Rolando Taylor y Gabriel Salinas, que con goles hicieron olvidar que Gelmini volvió a ser preservado por cuestiones físicas.
Independiente tuvo la pelota, es cierto, pero jamás ideas para lastimar. El golpe mortal que asestó Taylor a los 5 minutos de juego, fue determinante para inflar un pecho y desalmar al otro. Ever Ready envalentonado y esperando, e Independiente abusando del pelotazo por no encontrar jamás ningún resquicio ante la última línea rival, fueron las imágenes que devolvió todo el primer tiempo.
Aquel tiro de esquina perfecto de Alday desde la punta izquierda que sobró a media defensa local y encontró a Taylor que la empujó, fue casi la sentencia definitiva del juego. A partir de allí hubo otra historia. Inteligentemente, Ever Ready nunca arriesgó más de la cuenta. Sabía que la ventaja ponía en aprietos al Rojo, y así decidió cederle el protagonismo.
Teniendo todo bajo control, el campeón esperó lo que Independiente hiciera. Jamás pasó peligro porque el rival no tuvo variantes, y cuando apretó chocó con una defensa atenta y segura, tanto que Hernando fue un espectador de lujo del primer período. No obstante ello, fue Ever Ready el que siempre fue más incisivo, con un buen aporte de Silva cambiándose a jugar por la izquierda, donde ganó cuando quiso.
Llegó la acción
La segunda parte fue distinta, más movida y atractiva. Prácticamente cambiaron a jugar golpe por golpe, con el conjunto dolorense siempre más cerca de gritar gol, como en esa estupenda corrida de Salinas a los 3’ que terminó con un remate del delantero que se fue muy alto, cuando estaba en excelente posición para someter a Cordero.
A los 7’ recién apareció por primera vez en el partido Gabriel Barrios, el arma letal de Independiente. Una escapada suya por derecha terminó en centro para Poveda que no llegó. La pelota siguió viaje por delante del arco y Suárez se la chocó, con la fortuna que el balón se fue al lado del poste derecho del arco defendido por Hernando.
En ese intercambio donde se vio lo más electrizante, Taylor lo perdió increíblemente a los 12’ tras un gran pase de Salinas, y Pascua a los 18’ desperdició una chance clara que le cedió Poveda. Se sabía que en algún momento iba a pasar, y casi por peso propio a los 24’ llegó el segundo de Ever Ready. La robó Alday en la mitad de la cancha y habilitó con un gran pase por izquierda a Taylor, que fue y remató, la pelota dio en Cordero y el rebote fue “pescado” de cabeza por el atento Salinas.
El 2 a 0 empezaba a darle otra visión más clara a Ever Ready, y preocupaba demasiado a Independiente, que no encontraba cómo entrarle y que ya empezaba a pensar en la revancha. Casi la situación del local se agrava a los 26’, cuando Taylor marró una chance inmejorable de coronar una monumental jugada de Milano.
Los ingresos de San Martín y Medina levantaron el intento de recuperación del Rojo. Algo tarde balanceó la lucha en la mitad de la cancha, y generó algo de espacios. Sobre el cierre tuvo premio. A los 43’ San Martín perdió en el mano a mano con Hernando y en la última jugada Barrios escapó y tiró un centro que dio en la mano izquierda de Vallejo. Penal y gol de Roldán, para encender la esperanza con el 1-2.

Sólo un paso queda para Ever Ready. Como con aquella balsa Atlantis, el sueño blanquinegro del tetracampeonato sigue navegando con muy buenos vientos a favor. Tiene todo para conseguir una nueva corona, y depende de sí mismo. Será cuestión de inteligencia, una de las máximas virtudes de un equipo compacto y letal, que parece sigue insaciable con su hambre de gloria.