El
que ríe último, ríe mejor. Le tocó a Social festejar sobre la hora, con toda la
hermosura que agranda todo cuando el rival es Ever Ready. No fue triunfo, fue
apenas (¿sólo apenas?) un empate, pero nada pudo ocultar la sonrisa con la que
jugadores, cuerpo técnico e hinchas de Social se fueron ayer de la agobiante
tarde del Estadio Municipal.
No
era para menos, porque el blanquinegro tenía todo para ganar, y en un abrir y
cerrar de ojos, el equipo de la calle Mitre acalló la algarabía de la tribuna
de la calle Pichincha. La descarga se transformó en grito feroz de gol. Sobre
la hora. Lo más lindo del mundo, en un clásico y una final. ¿Qué más pedir para
Sebastián Soria, que fue el encargado de ejecutar el penal más largo del mundo?
¿Qué más pedir para esa gente que abarrotó la tribuna y se bancó un calor
insoportable?
Repartieron
el punto y dejaron la serie abierta, pero con ese tanto Social dejó obligado a
Ever Ready a ganar el próximo domingo para ser campeón. Solo así el equipo de
Irazábal conseguirá la ansiada triple corona consecutiva. Entonces el empate no
es tan malo para los celestes y quizás vaya más allá del punto, pero será
harina de otro costal analizar cómo pueda influir este empate de ayer en los
planteos tácticos de los 90 minutos que quedan.
El
balance del aburrido partido que disputaron ayer dejó una mejor visión de Ever
Ready, a quien la fortuna le fue esquiva. Pero cuidado, porque no jugó nada
bien, lo mismo que su rival. Sólo fueron jugadas aisladas y con ciertos aires
personalistas para crear situaciones de riesgo ante la valla del siempre
rendidor Jorge Calabrese, a quien los postes salvaron dos veces.
La
guerra de las dos delanteras más peligrosas del fútbol doméstico demostró al
menos ayer que el blanquinegro tiene ventaja, y alternativas con Gelmini y
Salinas, uno con más participación que otro. Pero del otro lado, la evidencia
marcó que Silva juega cada vez mejor, y que a su dosis de individualismo le
está agregando participación colectiva, y desde ese punto los de Auciello
tienen un plus que en Ever Ready no tiene tanta continuidad.
Un bodrio
El
partido fue malo, decididamente. Le sobraron por lo menos 80 minutos, aunque el
arranque fue emocionante con un cabezazo en contra de Juan Manuel Barbosa que
dio en el travesaño y una oportuna intervención de Calabrese ante un intento
olímpico de Gelmini. Social tuvo la suya y encendió la alarma cuando Roncoroni
parecía ganarle el duelo a Suárez, pero el árbitro Equisito (en su único fallo
discutible) no vio penal del defensor cuando el “Chino” estaba dándose vuelta
de cara al arco.
Sopor
en las repletas tribunas, agobio y lentitud en algunos jugadores. La cancha era
un caldero, pero no por juego sino por el intenso calor. La modorra la sacudió
Gelmini a los 37’
con un zurdazo que impactó en el travesaño y se perdió luego afuera, y sobre el
cierre Soria no pudo conectar de cabeza un preciso centro de Silva desde la
derecha.
Poco
y nada. Mucho marco para tan poco cuadro. No era el calor, sino el respeto y el
miedo a perder el que parecía que mandaba. Social salió encendido en el
complemento y llegó dos veces en pelotas aéreas. Primero Vallejo salvó la caída
ante Soria y después Barberena tapó un remate de Outón. Pero se quedó en esas
aproximaciones.
Ever
Ready siguió en la suya, apostando a frotar la lámpara y chocando en cada
intento con la férrea defensa de Social que comandó con maestría Cairoli. Pero
la última línea celeste falló y Salinas lo perdió por centímetros en su encuentro
más fructífero con Gelmini, y en la siguiente
chance el error fue vital: pelotazo a Salinas, error de Nicolás
Roncoroni, penal y gol de Gelmini.
Iban
38 minutos y le gesta del tri empezaba a dibujarse en el rostro de todo Ever
Ready. La ventaja le daba la mano a la continuidad en la cima de todos, pero se
olvidó el blanquinegro que aún restaba tiempo, y que Social estaba vivo.
Lo
demostró el conjunto de Auciello Jr. con determinación para seguir buscando,
porque no se dio por vencido jamás, y porque tuvo la suya en un remate que dio
en la mano de Barberena y que fue penal, convertido con maestría por Sebastián
Soria para devolverle el alma al cuerpo de una hinchada que siguió alentando y
que encontraba sobre el cierre su buscada redención.
Vive
y sigue respirando Social. Respira y sigue vivo Ever Ready. Nada aún está
dicho, pero la alegría ayer quedó en la calle Mitre, porque siempre, siempre,
el que ríe último lo hace mejor...y habrá que aguardar una semana más para
saber quien se lleva la última sonrisa del año, o la primera del que viene,
como quiera.