No
hubo con qué darle. Con su forma y su estilo, otra vez Ever Ready volvió a
coronarse y a consagrarse como el mejor en medio de un marco impresionante que
vio colmado al “Delfor del Valle”. Un planteo inteligente, un par de delanteros
implacables en un equipo que sabe lo que hace, y un rival como Social que no
supo cómo resolver el enigma que tenía enfrente, fueron los argumentos para otra
vuelta olímpica del equipo blanquinegro, que parece hegemonizar el fútbol
dolorense con el bicampeonato obtenido.
Acostumbrarse
a andar en lo más alto siempre es difícil, y Ever Ready demostró que sabe
adónde está parado. Por algo muestra con brillo la chapa de campeón, y sigue
sumando partidos sin derrotas, y ayer sumó la 29na. estrella que lo tienen, por
lejos, como el más campeón. Todo eso sumó a la hora de la final, y apenas
escasos segundos le bastaron para empezar a sentirse aún más en la cima, con un
Social dominante, pero pocas veces desafiante.
De
antemano se sabía que el campeón basa su poder de gol en los pies de Salinas y
de Gelmini, pero Social no se enteró. Cuando el reloj no había llegado a los 2
minutos, Nicolás Roncoroni despejó corto y mal, la pelota le quedó a Márquez y
éste dejó para Salinas, que se encargó de someter a Calabrese para empezar a
dibujar sonrisas tempranamente en la parcialidad blanquinegra que copó la
tribuna de la calle Pichincha.
Con
ese panorama adverso, Social entró en una nube de confusión, perdió
insistentemente en la mitad de la cancha –sobre todo porque Cansina se
condicionó con una amonestación, y debió jugar casi en puntas de pie- y Ever
Ready la fue de protagonista, aunque sin descuidar su pausa, y dejando bien en
claro como se juegan las finales.
Haciendo
gala de su peligrosidad manifiesta y con un Social mal parado, Ever Ready
volvió a pegar a los 22’ cuando Vallejo inició una gran contra que siguió
Milano por izquierda, y luego Lanfranchi, que quedó mano a mano con Calabrese,
el arquero trabó y el rebote para Salinas terminó en la red. Ya era demasiado,
porque el 2 a 0 y la remontada que debía encarar Social parecía imposible,
sobre todo porque el campeón estaba firme y el equipo de Auciello no tenía
alternativas, con Soria lejos del contacto con Conti y Roncoroni.
Social
recién sorprendió a los 32’ con una corrida de Conti que tomó mal parada a la defensa
blanquinegra. Su remate dio en el palo. Ni siquiera esa ayudó a la levantada de
los de la calle Mitre, que permanentemente fue alentado por su colorido y
numeroso público.
El
2 a 0 con el que terminó la primera mitad dejó ideas bien claras. Tranquilidad
en Ever Ready y mucha incertidumbre en Social, que salió impetuoso en el
segundo tiempo y llegó al descuento a los 11’ en la primera que tocó Gonzalo
Soria. Empezaba la ilusión, pero el trecho era largo. La propuesta del
blanquinegro en ese tramo fue ceder la pelota, y aprovechar cada resquicio que
quedaba del otro lado. La receta funcionó de maravillas.
En el
área, un equipo feroz
Ever
Ready sabe a lo que juega, y sabe jugar con el rival. Supo que Social iba a
adelantarse, y que iba a tener muchos espacios. Y los supo aprovechar. Cuando
el equipo de Auciello parecía más, Salinas fue a pelear una pelota que
cualquier otro delantero hubiera dejado, presionó al líbero Roncoroni y se la ganó,
yéndose por la derecha y poniéndole una pelota magistral a Gelmini que con un
toque exquisito puso el 3 a 1 a los 20’, echando por tierra las ilusiones del
descuento y dándole un baño de realidad al partido.
Con
tres goles por hacer para remontar la historia y poco más de 20 minutos por
delante, a Social se le vino el mundo abajo, y más aún un rato más tarde cuando
Jonathan Márquez –uno de los mejores- hizo un jugadón por derecha (con
“bicicleta” quizás innecesaria, incluida) que terminó en penal, quejas al por mayor
y otro gol de Gelmini para el 4 a 1 a los 26’.
La
vuelta olímpica empezaba a hacerse más realidad que nunca, y el camino adverso
que le quedaba a Social era larguísimo hasta el final. Hubo cambios de Auciello
para intentar algo más, pero fue en vano. Del otro lado, un equipo aplomado
como Ever Ready que empezó a pegar de movida no se dejó amedrentar ni tuvo
tiempo para desconcentrarse pese a lo holgado del tanteador.
Cerca
del final Conti encontró el descuento coronando un lindo arresto individual de
González, que se soltó muy tarde. No sirvió de nada, porque el campeón hacía
rato que andaba dulce y en otra cosa, gozando el título a fuerza de su
inteligencia y su tremenda eficacia que lo han convertido en un equipo
implacable. Por eso sigue de buenas.