lunes, 27 de diciembre de 2010

La Navidad roja

"De pronto se escuchan rumores de orquesta, es que están de fiesta los cosos de al lao". Así dice el tango de Larrosa y Canet, y así algún "Catango" malherido le contaba anoche a su mujer de dónde venía la música que retumbaba en medio Castelli. Hay fiesta "Gitana", declarada desde ayer a las siete y media de la tarde, y sin final anunciado. Porque ni siquiera el 31 la ronda va a detenerse. Vendrá el brindis familiar, pero enseguida el recuerdo eterno de esta consagración histórica, que para bien de unos y mal de otros entró como una puñalada certera al medio del corazón, en un fin de año que para el Rojo de la Bolívar quedará marcado a fuego para toda su existencia en forma de gloria, y de dolor intenso en Deportivo.

Las finales son finales y hay que jugarlas como tal. Y si enfrente están "los cosos de al lao", los libros indican que hay que dejar la vida en cada pelota como "Bombón" Ayala, que hay que pensar con la cabeza y ejecutar finamente con el pie como Alfredo Cámara. Que si hay que reventarla sin ponerse colorado hay que recurrir a un ganador con una personalidad avasallante como la de Sebastián Suárez, o contar con un termómetro en la mitad de la cancha como Guillermo Ibarra, un inquieto veloz como Ezequiel San Martín, un arquero firme y seguro como Emanuel Armendi y un letal hombre de área como Sergio Poveda. Esa era la receta.

Hacía una semana, Deportivo había sido ampliamente superior a Independiente, y le perdonó la vida. Ayer en medio de un partido chato y de escaso nivel, dos apariciones fenomenales cambiaron para siempre el curso del juego. Casi nada había pasado, y lo poco bueno lo había mostrado Independiente con un puñado de buenas intenciones, sólo eso. De un tiro libre recto y lejano sobrevino el primer golpe. "Faro" Cámara a la ejecución, la pelota viaja derecho al corazón del área y Sebastián Suárez que la peina de espaldas al arco colocándola abajo y a la izquierda de Gorostiague.

El calor abrasador del último domingo del año pareció convertir en infierno la porción que le tocó a la parcialidad de Independiente, que a esa altura no parecía percibir la alta temperatura solar, pero sí le empezaba a poner pimienta al partido con la victoria parcial. El reloj estaba en los 41 minutos, y 120 segundos después otro certero centro cayó como una bomba en la cabeza de Alfredo Cámara, la pelota sobrepasó al sorprendido Gorostiague y antes que entre, "Keko" Poveda la empuja para el 2 a 0. Grita y baila al "gitanada" de un lado, sufre y se desangra el "catangaje" del otro. Nadie entiende nada, ni los de Independiente por semejante sacudón, ni los de Deportivo que de buenas a primeras se ven con un enorme peso encima de dar vuelta un resultado en una empresa que pocos ven posible.

Va "Toco" Gestido a la cancha, y con él Celario apuesta a rearmar un mediocampo que sólo tiene a Luis Insua como estandarte, porque los pibes Maldonado y Malgor corren mucho pero pierden en la marca. Nada cambia, todo empeora. Al primer minuto, otro mazazo que da por tierra todo atisbo de recuperación "Catanga", y que empieza a descubrirse como definitiva consagración Roja. Gran combinación en tres cuartos de cancha, habilitación de López para San Martín, y tremenda definición del chiquitín número 8 para poner el 3 a 0 que marcaba una tendencia irreversible.

Si el árbitro Zabaljauregui, de buena tarea, hubiera tenido la licencia de dar por terminada la batalla, varios en Deportivo hubieran aceptado encantados. Es que no había respuestas, ni individuales ni colectivas. No había fútbol, no había conexión y sólo quedaba un poquito de corazón, como ese que mostró Etchemendy para descontar a los 18'. Independiente se sintió allí con la oreja mojada, pero entendió enseguida que no había pasado nada y que se trató sólo de un accidente menor. Lo bien que hizo, porque jamás se vio en aprietos.

Ya estaba Ramallo en la cancha, pero igual Deportivo no cambió nada. Tuvo la pelota, pero no buenos intérpretes. Y así otra vez lo dejó hacer a Independiente. Se adelantó desesperadamente, y al final volvió a sufrir con otra caída cuando Lionel De Berti puso el 4 a 1 en el cierre tras una corrida brutal de Poveda por la izquierda. Telón piadoso para "Catangos" y vía libre para la fiesta de los "Gitanos" en su navidad, la Navidad Roja.